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Ordena tu casa.

Foto del escritor: Paola Andrea Angola MontealegrePaola Andrea Angola Montealegre
Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 1 Corintios 12:12


Dios les bendiga, espero que este tiempo les esté dando un espacio de reflexión, de conexión espiritual y de acercamiento al Señor más que en cualquier otro tiempo; quisiera compartir un testimonio con ustedes el día de hoy a manera de un corto pensamiento.


Dios es un Dios de orden siempre lo he escuchado y lo hemos leído, para empezar una actividad, o llevar a cabo alguna tarea siempre es bueno llevar un hilo conductor o una secuencia para poder cumplir el objetivo; busqué la palabra orden en el diccionario (RAE) y en la primera definición dice lo siguiente:

"Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde"

Y entendí que a eso nos ha llamado el Señor en este tiempo, a colocar nuestras cosas en orden, desde nuestro espacio físico hasta nuestro espacio espiritual-emocional, y me preguntaba: ¿qué tan en orden estoy llevando mi vida en cada aspecto? y me di cuenta que todo estaba desordenado, tanto mis pensamientos, así mi entorno físico, normalmente tendemos a acumular elementos, por apego, por descuido, por pereza o sencillamente por la falta y tiempo sobre la prioridad de organizar el espacio que habitamos, de forma individual o colectiva.


Y al revisar mi entorno, así ha estado por un buen tiempo, aparentemente organizado pero el fondo del asunto es que está todo por revisar, enlistar, clasificar y determinar que se debe quedar en mi vida y que debe ser desechado, pero para este trabajo de revisión sobre nuestra vida, necesitamos un guía, un maestro del orden, y sólo es el Espíritu Santo de Dios el que puede guiarnos y hacernos saber que es lo que debemos corregir, arreglar, sanar, perdonar para poder avanzar con paso firme y seguro, con la prontitud y diligencia que se debe tener en un tiempo tan malo y oscuro como lo es este.


"Encomienda a Jehová tus obras,

Y tus pensamientos serán afirmados." Proverbios 16:3


¿Realmente he encomendado a Dios conscientemente cada cosa que he hecho en mi vida?, y me di cuenta que, aunque intento llevar una agenda de muchas tareas al día y sólo muy pocas cumplidas, que trazo una meta un día, puede pasar un tiempo considerable por no decir mucho tiempo, sin llegar a un destino, que vuelvo a empezar día a día porque probablemente mis pensamientos han divagado tanto que no saben que escoger, ni saben que es lo mejor para mi vida, y te das cuenta que, sólo Dios y solamente Él en su perfecta sabiduría puede lidiar, podía lidiar con el desorden en nuestras vidas, en mi vida, particularmente.


"Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.

 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;

 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos."


No sé a cuántos de ustedes les ha pasado en algún punto de sus vidas, sentir que todo está patas arriba, pero bueno al menos a mí me ha sucedido por un buen tiempo. Y cómo les comentaba al inicio, este tiempo ha sido para mí de reflexión, de tratar de acercarme un poco más al Señor aún cuando he tenido días en los cuáles lo he sentido tan distante, tan silencioso, cómo si sólo estuviera esperando ¿cúal sería mi siguiente paso?, y yo temerosa de darlo porqué no sé cuál podría ser, a lo mejor en mis pensamientos y deseos humanos podré trazar un patrón mental, una ruta, de lo que desearía desarrollar y alcanzar pero ¿qué de eso concuerda con la Voluntad de Dios para mi vida?, es allí donde la meditación en Él, en la búsqueda diaria de esa conexión con el Señor nos permite acercarnos más a Él y escuchar su apacible voz.


Y es así como Él ha empezado a lidiar con mi corazón, con mi actitud, me he sentido más débil de lo que intento ser, o tal ves de lo que aparento ser, y ha empezado a mostrarme cúan importante, necesario y urgente es ordenar mi casa, mis pensamientos, mi habitación física pero aún más esa habitación espiritual, si quiero que Él allí pueda morar, si quiero convertirme en su templo. Ha puesto en mi corazón el sentir de arreglar situaciones con mis padres, que creía yo, estaban resueltas o que al menos no eran necesarias de contar, y sí, chicos, aunque uno no lo crea necesario hay cosas que debemos contar o confesar a nuestros padres para recibir liberación, sanidad de nosotros hacia ellos, pero también de ellos hacia nosotros, cuán importante es estar en comunión con ellos, la Palabra dice:


"Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;

 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor." Efesios 6:2-4


Y al Señor le gusta la disciplina, eso también representa orden. Y Dios, es un Dios de orden.

Y ese mismo sentir, que Él ha estado guiando en esa parte espiritual, lidiando con mi corazón débil, perezoso y muchas veces rebelde, se centra en que sólo debo depender de Él, que mis pasos sólo deben ser afirmados por Él, que mi vida y propósito en este plano terrenal debe estar correctamente guiado por ese Dios sobrenatural, que pueda terminar su obra en mí, y que sólo Él puede ser fuerte donde yo soy completamente débil e incapaz.



Les comento algo que sucedió en ese proceso de ordenar la casa, arreglando varias cositas también en ese aspecto físico espacial, entre el jardín del balcón, mi alcoba y algún otro espacio en el apartamento donde vivimos con mis padres, arreglé un par de cosas en mi habitación, y tuve la acción de enfocarme en arreglar mi cama, en lo que veía por encima, cambié sus tendidos y dejé todo muy bien tendido, salí de la alcoba y miré hacia la cama, me sentí inconforme con algo, más sin embargo hice caso omiso; de pronto en la otra habitación mis padres estaban organizando su cama y corriendo tablas y limpiando el colchón, aseando toda la suciedad que se forma debajo de la cama, en un momento madre me pasa la aspiradora que estaba utilizando, para que limpiara unas telarañas que se habían formado en mi habitación cerca de la ventana, y haciendo esa limpieza en general, barriendo y limpiando me dió por levantar el colchón que había acabado de tender, y me he encontrado con una escena bastante desagradable, la mitad de las tablas de mi cama y sus largueros tenían comejen, esos bichitos que se comen la madera, que la dañan y la vuelven polvito, dejando inservible partes de esa cama; hace un tiempo habíamos hablado con mamá que había que ponerle veneno a las camas de dos habitaciones, incluida la mía, porque al parecer estos bichitos habían entrado por algún lugar dejando la evidencia; PERO , como muchas veces sucede en la vida, dejas pasar el tiempo y no haces las cosas A TIEMPO, cuando es pertinente y necesario, de inmediato, ¡Ya! cómo nos dicen nuestros padres en muchas ocasiones y esta vez el resultado fue ese, el resultado en mi habitación en mi cama, a lo mejor a ustedes no les ha pasado, pero a mí me pasó, por la falta de diligencia y atención en ese espacio físico y personal, al final les explicaré porque les estoy comentando algo que puede ser tan personal pero que se volvió tan real, reflejando otro tema mas profundo de los simples bichos que se comieron parte de mi cama.


La realidad es que llevaba un tiempo durmiendo en mi cama organizada en donde yo veía, mientras que al interior donde normalmente no veo, pero que es el soporte de la cama, conviviendo conmigo habitaban otros seres indeseables que estorbaban mi energía, me quitaban el sueño, una mala influencia comiéndose mi cama, absorbiendo energía vital, porque eso es lo que hace el desorden en tus pensamientos y en tu vida cotidiana, absorbe tu vida, tu energía de tal forma que no puedes dar lo mejor de ti a Dios principalmente ni a nadie ni nada en tu vida, y como si fuera poco está esa otra parte que no queremos mostrar o no queremos atender ( como esa parte de mi cama), esa oscuridad, que está latente en nuestra vida, esa parte que aunque no queramos reconocer muchas veces está allí, ese perro negro, esa naturaleza carnal y humana, que pelea con ese perro blanco, que es la Luz del Señor Jesús en nuestras vidas, su Palabra, la cual no siempre escuchamos diligentemente, ni actuamos de la manera correcta y prudente como de ser.



Nos es menester, urgente y absolutamente necesario alimentar a diario nuestra vida con la Palabra viva de Dios para poder vencer, vencer la oscuridad que acecha nuestra vida, vencer por medio de su Luz, porque donde hay luz no hay tinieblas, y muchas veces no somos lo suficiente sinceros para afrontarlo, para vernos en un espejo delante del Señor aún cuando sabemos que Él conoce nuestra vida a profundidad. Como esa situación de la cama, aparentemente sencilla, han habido mas situaciones en las que he visto que Dios está lidiando con mi vida durante este tiempo, ese examen que tanto necesitaba pero que por el afán de la vida y los quehaceres diarios, estaba pendiente, hasta que Dios tuvo que "encerrarme" en casa, para aquietar mis pensamientos, para hacer el ¡STOP! que tanto necesitaba o necesitamos muchos de nosotros, para poner en orden nuestra casa, nuestra vida, nuestro entorno.


Estoy muy agradecida con Dios, porque me he sentido más livianita, más débil en mi propia fuerza, que estoy aprendiendo a esperar y a confiar que Él lo haga por mí, o más bien aceptando todo lo que Él ya hizo por mí en la cruz del calvario;. porque a pesar de los miedos y realidades que te implica hacerte un examen de tu vida, y sentirte que estás hallándote falto, Él aún tiene misericordia, Él aún tiene extendida su Gracia, Él aún nos muestra con esos sentires en nuestro corazón, ¿cómo?, ¿con quién? y ¿qué? debemos arreglar en nuestras vidas, a lo mejor no me haya hablado al oído o de otra forma como le habla a otras personas, pero si pude sentir, ese: vuélvete, revisa tu cama, algo no anda bien, por mucho que parezca que sí (porque ese pensamiento era el que había llevado por mucho tiempo), revisa, haz el trabajo y el cambio que debes hacer, en tu vida; así es como Él poco a poco ha ido trabajando en mi vida durante la cuarentena, aún en algo que es tan cotidiano como lo es arreglar tu cama, pero que si lo veo a profundidad, eso que me sucedió es la muestra de lo que Dios me ha querido mostrar arreglando mi vida desde muchos aspectos, paso a paso, aún me falta pero voy caminando confiada que Él tomará el control, por eso es un testimonio sencillo pero que ha sido importante para mí, Él es un Dios de orden, completo, nada se le queda por fuera, y lo físico es tipo de lo espiritual, así como es claro y sabemos que el mora en la simplicidad.

El reflejo de tu vida física te demuestra o es un indicador de cómo va tu vida espiritual, y muchos se podrán preguntar, si es importante organizar nuestra cama o nuestra habitación, y sí, es supremamente importante organizar nuestra casa física que es el reflejo de esa habitación espiritual, ese corazón donde Él desea habitar pero sólo puede hacerlo si la tenemos en orden, conectada nuestra mente y corazón con un mismo Espíritu, un mismo objetivo, una misma meta, ser parte de ese cuerpo de Cristo, como un miembro vivo, no de iglesia, sino con poder en nuestra vida para poder ser cartas leídas para otros.


Cuando Dios empieza a lidiar con tu vida o más bien cuando empezamos a dejar que Dios lidie con nuestra vida, Él se encarga del cuerpo, alma y espíritu de forma integral, sin dejar nada al azar, todo dentro del cuerpo de ese ser humano, lo que se vé y lo que no se vé debe funcionar como una sola sinfonía, al unísono, a la manera que Dios disponga y desee que debemos caminar, porque al final, más vale que ese hombre interior sujete a ese hombre exterior, aunque sabemos que nuestra morada más allá es celestial, debemos vivir una vida en orden, limpia, coherente, que podamos dar testimonio que el Señor ha puesto en orden nuestras vidas, y que así mismo el lugar donde Él nos permite habitar en este plano terrenal, refleja ese orden y limpieza de nuestra mente y corazón.



Es una tarea ardua, nada fácil pero que al final si es Él Señor quien ordena nuestros pasos, podremos llegar al final del camino, sin duda y con la certeza absoluta que Él tomó nuestra vida física y espiritual y llevó a cabo su propósito en nosotros. Que Dios nos ayude, tenga misericordia de nosotros y podamos llegar y decir cumplimos con la meta más importante de nuestra existencia, morar con Él más allá del sol.


"Jehová cumplirá su propósito en mí;

Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;

No desampares la obra de tus manos." Salmos 138:8


¡Dios les bendiga! Saludos. Y que Dios nos ayude a mantener todo en orden de manera diligente.



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