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Mujeres especiales. Susana Wesley

Foto del escritor: Paola Andrea Angola MontealegrePaola Andrea Angola Montealegre


A lo largo de este mes se celebra el día de la mujer, si bien se conmemora la lucha de la mujer por la participación e igualdad dentro de la sociedad, nos gustaría ir mas allá y compartir con ustedes, historias de mujeres a lo largo de la historia, que han hecho la diferencia, por su servicio al Señor Jesucristo, entre esos, criando hombres que sirvieron al Señor con su vida, si recuerdan el post anterior, hablamos de como podemos servir al Señor, aún con una oración como lo hacía la hermana Meda por su esposo, nuestro hermano Branham.


Como mujeres podemos servir al Señor de la forma en que Él lo ponga en nuestro corazón, cumpliendo su propósito, para esta vez nos gustaría comentar un poco con ustedes sobre la madre de uno de los mensajeros a las 7 edades de la iglesia, Juan Wesley. Susana Wesley la menciona el profeta en uno de sus sermones:


"Ahora solo tengo aquí un poquito de historia sobre el mensajero para esta noche, de Juan Wesley . Juan Wesley fue la estrella de la edad. Y él nació el 17 de junio de 1703, en la rectoría de Epworth, Inglaterra. Él era el quinceavo niño de diecinueve hijos. Juan y Susana Wesley , el padre y la madre. El padre, un predicador; la madre, una santa consagrada; aunque con diecinueve hijos que cuidan, ella encuentra el tiempo suficiente durante su ocupado día para enseñar a sus hijos lecciones de la Biblia e historias de la Biblia y orar por ellos. Eso es lo que hizo a los muchachos lo que eran;el gran compositor de cánticos, Carlos, su hermano, quien dio al mundo algunos de los cánticos más inspirados que hayamos tenido.


Juan, un asociado de George Whitefield. Juan, Juan Wesley y George, George Whitefield fueron realmente los primeros fundadores de esta metodología ... o la santificación."

   60-1210 - Edad De La Iglesia De Filadelfia    Rev. William Marrion Branham    http://table.branham.org


Otro sermón donde la menciona por ser la madre de este mensajero:


"El mensajero de esta edad fue, sin duda alguna, Juan Wesley . El Hermano Wesley nació en la ciudad de Epworth en Inglaterra, el día 17 de junio de 1703, y fue uno de diez y nueve hijos de Samuel y Susana Wesley . Su padre fue un capellán en la Iglesia de Inglaterra; pero es mucho más probable que la mente de Juan tome la vía religiosa por razón de la vida ejemplar que vivió su mamá, en vez de la teología de su padre.

Juan fue un estudiante extraordinario. Fue mientras él estaba estudiando en el Colegio de Oxford que él y su hermano Carlos, fueron parte de un grupo que fue conmovido espiritualmente a adorar según el fundamento de vivir la verdad por razón de haber experimentado la verdad en vez de hacer que la doctrina sola fuera de su norma. Los componentes del grupo redactaron una guía espiritual de obras, como por ejemplo, ayudando a los pobres, visitando los enfermos y los encarcelados. Por esto fueron llamados metodistas y también otros nombres no tan honrados."

   Una Exposición de Las Siete Edades de La Iglesia - 8 - La Edad De Filadelfia    Rev. William Marrion Branham    http://table.branham.org


https://es.wikipedia.org/wiki/Susanna_Wesley


Esta mujer fue bastante especial, a pesar de la cantidad de responsabilidad que tenía siendo tan joven de cuidar de un hogar, su esposo, pasar por duros momentos económicos y la crianza de sus hijos, siempre sacaba el tiempo para ella y para sus hijos en esa conexión especial con el Señor y su Palabra.


"Susana Wesley fue la madre de John Wesley y Charles Wesley. John fue el hombre que pudo cambiar el carácter de toda una nación más que cualquier otra persona en su generación. Charles llegó a ser uno de los más grandes escritores de himnos de todos los tiempos. Sin embargo, quien más influyó en la formación de estos hombres, fue Susana, su madre.


Susana nació en Inglaterra en 1669, en un hogar constituido por 25 hijos siendo ella la mayor. Fue criada en un ambiente de fe y rectitud. Su padre fue el clérigo Samuel Annesley quien le dió una excelente educación, permitiéndole permanecer en su estudio cuando muchos de los hombres famosos de la época se reunían allí para discutir temas teológicos y de filosofía.


Fue una mujer inteligente, apasionada por los estudios, y siendo muy joven pudo aprender griego, latín y francés. Mientras que sus compañeras jugaban con muñecas, ella meditaba en profundos asuntos espirituales.


A los 19 años, se casó con Samuel Wesley con el cual tuvo diecinueve hijos de los cuales diez lograron sobrevivir, los otros diez murieron en la infancia. Las pruebas que Susana soportó podrían haberla aplastado. Solamente nueve de sus diecinueve hijos sobrevivieron hasta una edad adulta. Samuel, su primogénito, no habló hasta los cinco años. Durante aquellos años ella lo llamaba "el hijo de mis pruebas", y oraba por él noche y día. Otro hijo se asfixió mientras dormía. Sus gemelos murieron, al igual que su primera hija, Susana.


Entre 1697 y 1701 cinco de sus bebés murieron. Una hija quedó deformada para siempre, debido al descuido de una empleada. También luchó por salvar a sus hijos de la viruela.


En realidad era una mujer de naturaleza frágil. Pero ¿Cómo encontraba las fuerzas para criar a diez hijos y administrar su hogar?; Susana dedicaba cada mañana y tarde para estar a solas con Dios, orando y meditando en las Escrituras no importando lo que sucediese, apenas el reloj sonaba ella se disponía a buscar comunión con Dios.


Además de la muerte de sus hijos, tuvo que enfrentar deudas familiares que crecían; sin embargo en el aspecto espiritual, tuvo una vida de riquezas y de victoria.


Ella entregó los mejores veinte años de su vida a la enseñanza y al cuidado doméstico de sus hijos sin dejar de depositar en todos ellos su pasión por el aprendizaje y por la rectitud.


En su escuela doméstica de seis horas diarias, durante veinte años, ella enseñó a sus hijos de manera tan amplia que llegaron a ser muy cultos. No hubo siquiera uno de ellos en el cual ella no hubiese depositado una pasión por el aprendizaje y por la rectitud.


Ella forjó en tres varones y siete mujeres, un gran amor al Señor y las cosas espirituales aún hasta sus años de madurez. Era tal su sabiduría que su hijo, el pastor John, la buscaba para recibir su consejo incluso cuando ya era un famoso y reconocido predicador. John nunca se olvidó de los cultos que su madre conducía en su casa los domingos en la noche."


Algunos de los consejos que dió para la crianza de los hijos:


" Destruye el egoísmo de tus hijos y colabora en la salvación de sus almas"

"Enséñales a orar tan pronto empiecen a hablar"

"No castigues las faltas que confiesen enseguida y de las que se ven que se arrepienten"


Este texto fue tomado de: SUSANA WESLEY: La historia de una MADRE ejemplar | biteproject

"Ayúdame, Señor, a recordar que religión no es estar confinada en una iglesia o en un cuarto, ni es ejercitarse solamente en oración y meditación; sino que estar siempre en tu presencia".
Susana Wesley


"El entrenamiento que Susana Wesley dió a sus hijos fue mencionado en una carta que ella escribió a su hijo mayor, Samuel, el cual también llegó a ser un predicador: “Considere bien que la separación del mundo, pureza, devoción y virtud ejemplar son requeridas en aquellos que deben guiar a otros a la gloria. Yo le aconsejaría organizar sus quehaceres siguiendo un método establecido, por medio del cual usted aprenderá a optimizar cada momento precioso. Comience y termine el día con el que es el Alfa y la Omega, y si usted realmente experimenta lo que es amar a Dios, usted redimirá todo el tiempo que pudiere para Su servicio más inmediato. Empiece a actuar sobre este principio y no viva como el resto de los hombres, que pasan por el mundo como pajas sobre un río, que son llevados por la corriente o dirigidas por el viento. Reciba una impresión en su mente tan profunda como sea posible de la constante presencia del Dios grande y santo. Él está alrededor de nuestros lechos y de nuestras trayectorias y observa todos nuestros caminos. Siempre que usted fuere tentado a cometer algún pecado, o a omitir algún deber, pare y dígase a sí mismo: “¿Qué estoy por hacer? ¡Dios me ve!”.


Susana practicaba lo que predicaba a sus hijos. Aunque dio a luz diecinueve hijos entre 1690 y 1709, y era una mujer por naturaleza frágil y ocupada con los muchos cuidados de su familia, ella apartaba dos horas cada día para la devoción a solas con Dios. Susana tomó esta decisión cuando ya tenía nueve hijos. No importaba lo que ocurriese, al sonar el reloj ella se apartaba para su comunión espiritual. En su biografía Susana Wesley, la madre del metodismo, Mabel Brailsford comenta: “Cuando nos preguntamos cómo veinticuatro horas podían contener todas las actividades normales que ella, una frágil mujer de treinta años, era capaz de realizar, la respuesta puede ser hallada en esas dos horas de retiro diario, cuando ella obtenía de Dios, en la quietud de su cuarto, paz, paciencia y un valor incansable”.


Cuando los metodistas alcanzaron pleno vigor, la vida de Susana llegó a su fin. Un domingo de julio de 1742, mientras John predicaba en Bristol, le fue avisado que su madre estaba enferma, y regresó aprisa. El viernes siguiente ella despertó de su sueño para exclamar: “Mi querido Salvador, ¡estás viniendo a socorrerme en los últimos momentos de mi vida!”.

Más tarde, cuando los hijos estaban alrededor de su lecho, ella dijo: “Hijos, tan pronto como yo haya sido trasladada, canten un salmo de alabanza a Dios”. Ella murió en el lugar donde la primera Capilla Metodista fue abierta y fue sepultada en el cementerio al lado opuesto donde treinta y cinco años más tarde su hijo John construyó su famosa capilla. Cierta vez, John dijo sobre aquel funeral: “Fue una de las reuniones más solemnes que yo vi, o espero ver, en este lado de la eternidad”.


Este texto fue tomado de Susana Wesley, una mujer que marcaría historia- página protestante digital.


Podemos seguir compartiendo artículos que hablan de ella como una mujer y cristiana ejemplar, y agradecemos poder conocer en nuestro tiempo historias como la de ella, en una época tan perversa, cambiante y tan volátil hay algo que siempre permanece a lo largo de las edades de la humanidad y es la Palabra del Dios inmutable, El Alfa y la Omega como lo menciona ella, que Dios nos permita aprovechar nuestro tiempo y ser diligentes en nuestros hogares, para ser ejemplo a las generaciones que vienen.


El tiempo pasa tan rápido y sentimos que no nos alcanza para nada, y todo queda pendiente, pero leyendo un poco sobre la vida de Susana, ella tenía la clave, pasar tiempo a solas con el Señor, en la mañana y en la noche, sin importar los quehaceres, ese tiempo era sagrado. Que Dios nos ayude y nos de el querer como el hacer de pasar más tiempo a solas en su presencia, aún cuando la presión que vivimos hoy es casi letal para nuestras vidas espirituales.


Esperamos hayamos podido meditar en estas cortas palabras, que tenemos una posición que conservar en un mundo donde la igualdad de género, el feminismo, y tantas situaciones nos invaden a diario, Dios nos creó con un propósito a cada uno de nosotros desde lo que somos y tanto el hombre como nosotras tenemos roles enmarcados a la luz de la Palabra.


¡Dios les bendiga!


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