Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

" Mi profundamente amada. Nadie sabe cuán agradecido estoy a Dios por ti, y de todo lo que he hecho por Él, tu parte es grande. Porque al hacerme tan feliz tu me has dotado para el servicio. Ni un gramo de poder se ha perdido para la buena causa por culpa tuya. AL contrario he servido al Señor aún más por tu dulce compañía.
¡El Señor Dios Todopoderoso te bendiga ahora y por siempre!"
Charles Spurgeon, su esposo.
Susannah nació en Londres, Inglaterra, en 1832. Sus padres eran creyentes comprometidos y la criaron en un hogar piadoso y disciplinado. Susannah asistió a la capilla de New Park Street, donde describió al pastor como “un predicador curioso y pintoresco, pero bien versado en la Palabra de Dios”. Fue bajo tal instrucción semanal que Susannah se dio cuenta de su propia necesidad de una fe personal en el Señor.
El 1852, Susannah vio y escuchó por primera vez al hombre que más tarde se convertiría en su amado esposo: Charles Spurgeon. Éste, aún no era el experimentado y conocido predicador cuyos sermones llegarían por correo postal a una gran cantidad de países; para entonces, era un simple joven de 19 años al cual se le había pedido predicar en New Park Street Chapel (después llamado ” El tabernáculo Metropolitano”) en Londres. En poco tiempo, la ciudad de Londres estaría impresionada con el elocuente predicador, pero no así Susannah; de hecho, comentó: “¡Así es que esto es lo que llaman elocuencia! No me impresiona. ¡Qué insufrible es su estilo campesino!”
Los dos jóvenes finalmente se conocieron y entablaron una amistad que ayudó a fortalecer la vida espiritual de Susannah. Cahrles pronto oyó el deseo de Susannah para mejorar su vida cristiana y le entregó a ella una copia ilustrada de “El Progreso del Peregrino” para ayudarla a lo largo de ese camino. Ella estaba muy impresionada por la preocupación por ella y desde ese momento su amistad creció y no pasó mucho tiempo para que se convirtiera en amor.
En 1854 se hicieron novios, y posteriormente se comprometieron en el jardín del abuelo de ella. Durante su compromiso, Susannah aprendió una lección que forjó su carácter para el matrimonio.
Poco antes de casarse, Charles fue invitado a predicar en un servicio por la tarde y le pidió a Susannah que lo acompañara. Así fue como ella lo recordaba: “Fuimos juntos y felizmente, en un taxi, pero cuando llegamos al lugar, él había olvidado mi existencia; la carga del mensaje que predicaría estaba sobre él, por lo cual se dirigió hacia una pequeña puerta lateral sin darse cuenta de que yo me había quedado luchando con la multitud para pasar y tomar un lugar.
Susannah estaba desconcertada y enojada de que su prometido la olvidara tan fácilmente. Ella rápidamente regresó a casa para expresar su dolor a su paciente madre, quien le dio a Susannah un consejo sabio: “Nunca trates de ser un ídolo en el corazón de tu prometido, nunca te conviertas en un obstáculo para el ministerio al que Dios le ha llamado”.
Después del consejo de su madre Susannah escribió: “Nunca olvidé la enseñanza de ese día. Aprendí mi dura lección de memoria: recordar no buscar hacer valer mi derecho de su tiempo y su atención cuando algún servicio de Dios lo requiriera”.
Aunque difícil de escuchar el consejo de su madre, Susannah decidió alinear sus deseos con los de él y poner la obra del Señor primero en su propio corazón.Momentos después de que ella tomara esta decisión, Charles entró corriendo frenéticamente a la casa, terriblemente preocupado por lo que le había sucedido a su preciosa Susannah. Los dos se rieron, pero Susannah se fue con un cambio de corazón que afectaría al resto de su matrimonio.

El día que Charles le pidió matrimonio se retiró inmediatamente a una habitación a darle acción de gracias a Dios. Ella escribió: "Me arrodillé ante Dios, y lo alabé y le agradecí con lágrimas de felicidad, por su gran misericordia al darme el amor de un hombre tan bueno".Era obvio por su "aspecto amoroso, y sus tonos tiernos, y sus manos entrelazadas" que estaban enamorados.
Desde ese día en adelante, Susannah se preocupó por las implicaciones eternas del ministerio de su esposo. Ella declaró: "El propósito siempre establecido de mi vida de casada era no obstaculizar a mi esposo en su trabajo para el Señor, nunca tratar de evitar que cumpliera sus compromisos, nunca alegar de mi propia mala salud como una razón por la que debería permanecer en casa conmigo ... Doy gracias a Dios, ahora, porque Él me permitió llevar a cabo esta determinación ".
Dos años después se casaron el 8 de enero de 1856. Ella se convertiría en su verdadera compañera, la confidente más profunda y "la mayor de todas las bendiciones terrenales". Susannah describió su vida juntos como "dos peregrinos que pisan esta carretera de la vida juntos, de la mano, con el corazón unido al corazón".
"Durante esa caminata en ese día memorable en junio, creo que Dios mismo unió nuestros corazones en lazos indisolubles de afecto verdadero, y aunque no lo sabíamos, nos dio el uno al otro para siempre".
El 20 de septiembre de 1856, Susannah dio a luz a gemelos en su casa de New Kent Road. Ella permaneció débil por algún tiempo después del nacimiento de sus hijos, nunca pudo tener más hijos y, aunque finalmente se recuperó, nunca más pudo recuperar una salud plena y completa. Gran parte de la vida de Susannah se la pasó sufriendo por dolencias físicas que la mantuvieron en cama durante largos períodos de tiempo.
Susannah experimentó , graves problemas médicos que la llevaron a pasar gran parte de su edad adulta como inválida. A menudo experimentaba temporadas de dolor, tan intensas que apenas podía moverse. En algún vez comentó: “Sufrir en lugar de servicio, se ha convertido en mi parte diaria”.
Pero a pesar de esto, Susannah creía que Dios estaba usando su aflicción para refinar su carácter. Su agonía física la acercó al Salvador que sufrió por ella y con ella. Incluso en las circunstancias más insoportables, Susannah demostró gratitud, alegría, paz y paciencia.
Ella reflexionó: "Hablamos del tierno amor del Señor por su hijo afligido ... Recuerdo sentir que el Señor estaba muy cerca de nosotros".

Aunque débil y frágil durante buena parte de su vida adulta, Susannah fue una fiel maestra de sus hijos en la doctrina cristiana. Cuando estos se hicieron adultos, los dos públicamente reconocieron cuán grande fue la influencia del ejemplo de su madre y su enseñanza en su conversión.
A pesar de sus sufrimientos Susannah se transformó en una verdadera compañera del ministerio de Charles. Cuando él estaba desanimado, ella le leía “El Pastor Reformado” de Richard Baxter o la poesía de George Herbert. También aconsejaba a mujeres y jovencitas de la iglesia. Se las arreglaba para cumplir con su rol de ama de casa sabiamente, y sin quejarse, soportaba los períodos de separación durante los viajes de Charles, dándole la bienvenida cuando regresaba a casa.
Charles Spurgeon fue un escritor prolífico y tuvo la mayor parte de sus sermones publicados. En el verano de 1875 se completó el primer volumen de “Conferencias a mis alumnos” y dio a su esposa, una copia borrador del libro, pidiendo su opinión. Ella le dijo a su marido que deseaba poder colocar ese volumen en las manos de cada ministro en Inglaterra. Para que su marido respondió: “¿por qué no hacerlo? ¿cuánto vas a dar?”
Susannah no estaba preparada para esa pregunta, pero eso la desafió a ver si podía ahorrarse el dinero de su cuenta personal de limpieza para cumplir su deseo.En ese momento recordó algo de dinero que había guardado cada vez que tenía algo extra. Fue a su habitación y consiguió el dinero y cuando lo contó se dio cuenta de que tenía suficiente dinero para pagar cien copias del libro. Fue en ese instante que nació el "Fondo del Libro", para proporcionar copias gratuitas de conferencias a ministros pobres de toda Inglaterra.
Durante ese tiempo a muchos ministros ingleses se les daba un salario tan bajo que apenas podían alimentar a sus familias, y mucho menos podían comprar libros.
En una revista publicada por su esposo, contenía un anuncio de la Sra. Spurgeon y su intención de repartir los libros e invitar a los ministros bautistas pobres a solicitar el libro. Las solicitudes resultaron más numerosas de lo que esperaba y en esa primera distribución entregó doscientas copias en lugar de las cien que propuso originalmente. para la siguiente publicación ,Charles habló de los muchos ministros que deseaban nuevos libros para aumentar su conocimiento y mejorar sus ministerios y del Fondo que Susannah creó para satisfacer estas necesidades.
Cuando se enviaron cartas de agradecimiento a la casa de Susannah, se corrió la voz rápidamente por toda Inglaterra y se enviaron numerosas donaciones para sostener su proyecto.En un año, Susannah distribuyó 3, 058 libros de teología a pastores empobrecidos.Nueve años después, distribuyó 71,000 copias.
Susannah también dedicó buena cantidad de tiempo para el trabajo literario. La obra que más atesoró fue la Autobiografía de C.H. Spurgeon, construida a partir de su diario, cartas y registros. Como escritora, Susannah tenía un talento literario poco común. Durante su vida escribió varios libros incluyendo “Diez Años de mi Vida al Servicio del Fondo del Libro y Devocionales”. Susannah Spurgeon trabajó incansablemente en la proclamación del Evangelio.
Incluso después de la muerte de Charles en 1892, ella permaneció comprometida con el trabajo del reino, pasando más de una docena de años de viudez en un servicio fiel. En 1903, se debilitó demasiado y falleció pacíficamente, exclamando en su lecho de muerte: “¡Bendito Jesús! ¡Bendito Jesús! ¡Puedo ver al Rey en Su gloria!”.

"Aunque Susannah originalmente no se había impresionado con Charles, el Señor uniría sus corazones.Su historia de amor es rica en afecto, profundizada por la aflicción y fiel hasta el final. Fue su compromiso con las Escrituras, la fe en Dios y la devoción a la oración lo que consolidó su vínculo.Sus cartas el uno al otro revelan la profundidad de su amor.
Charles y Susannah estuvieron casados por 36 años.
Charles le escribió a Susannah: "Te ruego, combina tu oración sincera con la mía, para que dos de nosotros podamos estar de acuerdo y así promoverás la utilidad, la santidad y la felicidad de alguien a quien amas".Charles llevaba muchas cargas y, sin embargo, tenía que orar por una esposa piadosa y su hombro."
En este mes, hemos querido resaltar pequeñas reseñas de mujeres especiales que sirvieron al Señor con devoción y amor, no porque alguien más le dijo o por obligación, sino por el amor a su Palabra y a la necesidad de tener esa conexión especial con el Señor Jesucristo, buscando tener esa experiencia personal con el Señor.
Esta historia particularmente ha llamado mi atención, porque es un ejemplo de tenacidad y de cuidado de ella como mujer y hacia su esposo, teniendo un matrimonio especial; a pesar de sus quebrantos de salud, y lo que conlleva a respaldar un esposo como ministro de Dios, Susannah primero sirvió al Señor con sus talentos y aún con sus ahorros y eso dio como resultado una obra que Dios mismo respaldó y a través de ella muchos ministros, sus familias, el ministerio y el pueblo en general se fortaleció en tiempos donde la frialdad de los corazones era notoria, igual como lo es hoy.
Que tan importante es saber cuando Dios le da a un hombre su esposa, es para que sea un apoyo, esa ayuda idónea, esa amiga, confidente, compañera de viaje, que aún en sus momentos grises y oscuros pueda estar allí para él, porque es pesada la carga que llevan los varones que se paran por la Palabra del Señor, y no sólo como esposas sino como madres, nuestra responsabilidad es de criar a los hijos bajo las enseñanzas de la Palabra de Dios.
Por eso vidas como las de ella, alientan y nos permiten reflexionar cuán importante es el papel de la mujer en el hogar, como esposas y como madres, pero cómo también a través del servicio y el amor por las gentes, por el pueblo del Señor, pueden impactar una sociedad que carece de amor y temor a Dios, y sólo a través del Amor genuino será posible llegar a cada alma que el Señor ha predestinado para que conozca y camine en su Palabra.
Espero que en estos tiempos de "cuarentena" como se le llama, lecturas y testimonios como este puedan ayudarnos a estar un poco más cerca del Señor y a entender cuán necesario es buscar esa experiencia personal con el Señor Jesucristo para que guíe nuestro camino y lo que debemos hacer en ayuda los unos por los otros.
¡Dios les bendiga!
Fuentes utilizadas:
Comments